viernes, 8 de agosto de 2014

FILOVIRUS: VIRUS DE ÉBOLA Y DE MARBURGO







La relación entre el virus de Marburgo y una enfermedad no fue evidente sino hasta el año 1967, cuando se presentaron 26 casos de fiebre hemorrágica entre personas de Alemania y Yugoslavia que habían manejado un grupo de monos africanos importados del centro de Uganda. Más tarde, se identifico como agente al virus de Marburgo, el cual se había transmitido de los monos importados que previamente habían sido infectados.


En el año 1976 se presentaron brotes extremos de fiebre hemorrágica con tasas de mortalidad de 50 a 90% en el norte de Zaire y el sur de Sudan. Las enfermedades eran parecidas a las descritas para el virus de Marburgo, sin embargo más adelante se mostro que habían sido el resultado de un agente antigénicamente distinto conocido como el virus de Ébola, nombrado así por un río de Zaire.

Aun no son claras las razones por las que estos virus ocasionan enfermedades hemorrágicas tan fulminantes y letales con choque entre los humanos. Existe evidencia del que el virus de Marburgo se replica en las células endoteliales vasculares con necrosis subsiguiente. También se ha mostrado que el virus de Ébola posiblemente ejerce su efecto por medio de una glicoproteína que se sintetiza ya sea en forma secretada o transmembranica. La glicoproteína secretada interactúa con los neutrofilos para inhibir la activación temprana de la respuesta inflamatoria, mientras que la glicoproteína transmembranica se une con las células endoteliales.

El virus de Ébola produce enfermedad en los humanos y en los primates subhumanos; el comienzo se presenta entre los 4 y 6 días después de la inoculación. Es probable que el reservorio, se encuentre en mamíferos pequeños, posiblemente roedores. Las encuestas serológicas con humanos que residen en áreas donde se han presentado brotes sugieren la posibilidad de que la infección humana sea relativamente común.


En las infecciones por virus de Ébola, se presenta la transmisión de persona a persona. El diagnostico se puede confirmar en un centro de referencia mediante el aislamiento del virus, así como por métodos serológicos que empleen inmunofluorescencia indirecta o IEE. Sin embargo, como en el caso de las fiebres hemorrágicas asociadas con arenavirus, es imprescindible ejercer el máximo cuidado en cuanto a precauciones de aislamiento y la puntual notificación a las autoridades de salud publica en casos sospechosos antes de que se intente llevar a cabo un diagnostico.

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